El Teatro Arriaga es uno de los edificios más representativos de Bilbao. Su posición estratégica junto a la ría del Nervión lo convierte en un preciado eslabón entre la transformación vanguardista experimentada por la capital vizcaína durante las últimas décadas y la tradición que encarna su casco viejo, el conocido como barrio de Las Siete Calles.

Precisamente esta temporada el teatro celebra su 130 aniversario. Aunque en su fachada puede apreciarse una cartela con la fecha de 1889, no fue hasta un año después cuando se inauguró el ‘Nuevo Teatro de Bilbao’ que –en recuerdo del compositor bilbaíno Juan Crisóstomo Arriaga (1806-1826) y al haber recibido el nombre de ‘Plaza del Maestro Arriaga’ el espacio donde se estaba construyendo la nueva edificación– pronto comenzó a ser conocido con su designación actual. Con motivo de tan señalada efeméride, el teatro ha programado para la próxima primavera un concierto de la Bilbao Orkestra Sinfonikoa que contará con la participación del pianista Joaquín Achúcarro y que se iniciará con la obertura de La Gioconda (1876) de Amilcare Ponchielli (1834-1886), en conmemoración de la primera representación que el Teatro Arriaga ofreció al público bilbaíno el 31 de mayo de 1890.

Hoy en día y desde la gran restauración que se llevó a cabo en el teatro tras la inundación de 1983, el edificio se ha convertido en punto de encuentro de la sociedad bilbaína, desarrollando en cada temporada –de agosto a junio– una intensa actividad con entre ochenta y noventa espectáculos en los que se alternan distintos géneros como el teatro, los conciertos musicales, la zarzuela o el ballet, siendo además sede de los Premios Sabino Arana y del Festival internacional de cine documental y cortometraje de Bilbao-ZINEBI. A este respecto, cabe recordar que desde 1986 la institución es gestionada por la sociedad anónima municipal ‘Centro de actividades culturales del Teatro Arriaga’.

En cuanto a su valor patrimonial, es preciso tener en cuenta que el inmueble está catalogado por la Diputación de Vizcaya como Monumento Histórico y forma parte de la unidad patrimonial del casco histórico de Bilbao. El lugar privilegiado que ocupa hace de él un edificio singular ya que, al no estar emplazado en una manzana rodeado de otras construcciones, cuenta con una gran visibilidad y se convierte en un destacado lugar de reunión de la capital, acogiendo la celebración de importantes acontecimientos sociales como la Aste Nagusia o Semana Grande de Bilbao.

Por otra parte y como puede imaginarse, el mantenimiento de un edificio de su condición requiere la puesta en marcha de considerables labores de conservación de manera periódica. Así, los trabajos se vienen sucediendo con cierta regularidad desde finales de la década de 1990, cuando se llevó a cabo la restauración integral de su fachada. A este propósito, conviene subrayar que, como señala su director gerente José Ignacio Malaina Sánchez, el teatro ha optado por una filosofía de restauración progresiva en la que las distintas tareas se van acometiendo por fases, siempre recurriendo a empresas especializadas con personal cualificado. De este modo se trata de evitar en la medida de lo posible la colocación de andamios para no dañar la fachada, ejecutando las acciones más urgentes sin que se deba interrumpir la actividad cultural de la institución. De ahí que en recientes campañas se hayan realizado sucesivamente las restauraciones de los conjuntos escultóricos, la de las cornisas, la del tejado de cobre y, ya el año pasado, la del cuerpo inferior que se extiende hasta la balconada sostenida por atlantes y cariátides.

Justamente es su fachada historicista la que ha permitido que el Teatro Arriaga forme parte de la Asociación de Teatros Históricos dentro de la denominada Ruta Ibérica, dado que para poder ser incluido en esta agrupación se exige el requisito de que el inmueble en cuestión haya sido edificado con anterioridad al siglo XX. Afortunadamente, tras el incendio que devastó el teatro en 1914, la fachada principal y las dos laterales se mantuvieron en pie, conservándose en ellas la piedra original del momento de su construcción. El resto del teatro, sin embargo, corresponde ya a las restauraciones de las décadas de 1910 y 1980. Así, por ejemplo, los actuales palcos remiten a la primera de ellas, mientras que la gran escalera imperial Juan Crisóstomo Arriaga fue añadida durante las obras que siguieron a la inundación de 1983. A este propósito no hay que olvidar que una de las peculiaridades del teatro es que el escenario y el patio de butacas se encuentran en la segunda planta, pues, hasta la incorporación de dicha escalera, la planta baja se dedicó al establecimiento de diferentes locales comerciales. 

En función de todo lo anterior, no es de extrañar “el sentimiento de orgullo” que, en palabras del director gerente, comparte tanto el equipo que forman todos los trabajadores de la institución en particular, como la sociedad bilbaína en general, “por la historia del Teatro Arriaga y por su presente”, y eso sin contar “la belleza del edificio”, que es para Malaina “si no el más bonito, uno de los más bonitos del Estado”. Tampoco hay que olvidar que esta satisfacción deriva asimismo del trascendental papel que juega el Teatro Arriaga como “motor de cultura y creación”, aunando la producción propia de espectáculos en los que se promociona a artistas locales y la programación de representaciones que en cada temporada se encuentran de gira por distintas ciudades, combinándose todo tipo de géneros en su variada oferta cultural.

Tampoco se descartan las coproducciones que, como es lógico, facilitan económicamente la puesta en escena de muchos de los espectáculos. A este respecto, cabe recordar que el Teatro Arriaga ha colaborado habitualmente con el Teatro Campoamor de Oviedo o los Teatros del Canal de Madrid, además del Liceo de Barcelona entre otras entidades. En la actualidad se está apostando de una forma más decidida por estrechar vínculos internacionales, por ejemplo, con el Teatro de Stuttgart.

Aparte de su programación, para quienes quieran conocer a fondo el interior del Teatro Arriaga existe la posibilidad de participar en una de las visitas guiadas que en euskera, castellano e inglés ofrece la institución cada sábado y domingo en horario de 11 a 13 horas. El recorrido, de unos 50 minutos de duración, se lleva a cabo en grupos de treinta personas como máximo y permite al público descubrir espacios como las Salitas isabelina y Orient Express a las que no es posible acceder durante las representaciones que tienen lugar en el teatro. Eso sin contar las innumerables anécdotas que ambientan un itinerario que lleva desde el Foyer hasta el Palco de honor, pasando por la exposición de vestuario de ópera y zarzuela utilizado por los intérpretes de algunas de las funciones celebradas en la historia reciente del Teatro Arriaga.

De manera que, tanto a través de estas visitas, como fundamentalmente por medio de su variada oferta cultural, el Teatro Arriaga busca añadir “un plus de calidad” a la experiencia turística de los visitantes que llegan a Bilbao no solo para conocer la ciudad, sino también para “disfrutar de la buena cultura”, como explica José Ignacio Malaina, quien señala que con el boom turístico se ha podido apreciar un aumento del público internacional que asiste a las representaciones del Teatro Arriaga –donde, en consecuencia, muchas de las obras se sobretitulan en euskera, castellano o inglés, según los casos–.

En cuanto a su accesibilidad, el Teatro Arriaga colabora con la ONCE para ofrecer algunas actuaciones teatrales a personas con discapacidad visual, disponiendo para estas funciones de programas de mano en braille y unos receptores a través de los que se proporcionan todos los detalles acerca de los elementos visuales de la obra. Con respecto a las personas con discapacidad auditiva, desde la temporada 2017-2018 existe un sistema de amplificación del sonido –en el que por medio de auriculares se puede escuchar con mayor claridad la obra–, así como otro de bucle magnético individual –para personas con prótesis auditivas–.

Entre los platos fuertes de esta temporada pueden destacarse tres nuevas producciones del Teatro Arriaga. En primer lugar, durante el mes de marzo de 2020 tendrá lugar la representación del drama Madre corajeinspirada en la conocida obra de Bertolt Brecht Madre coraje y sus hijos. La escenificación de esta obra, que reflexiona acerca de la crueldad de la supervivencia humana ambientada en un espacio bélico atemporal, se enmarca en la apuesta del Teatro Arriaga por la producción propia y el talento local, siendo la encargada de su dirección y adaptación María Goiricelaya. 

Posteriormente, del 14 al 17 de mayo se pondrán en escena dos piezas de Bertolt Brecht y Kurt Weill: la comedia crítica La boda de los pequeños burgueses y la “cantata escénica” Mahagonny-Ein Songspiel, un espectáculo para seis cantantes y nueve intérpretes que contará con la dirección de la alemana Andrea Moses.

Por último, el broche de oro a una temporada excepcional lo pondrá la Missa Solemnis que Ludwig Van Beethoven compuso entre 1819 y 1823 y dedicó a su protector el archiduque Rodolfo de Austria, arzobispo de Olomouc. De esta forma, el que será un “espectáculo de gran potencia musical” con la participación de dos coros de la ciudad, supondrá la convergencia de la celebración del 130 aniversario del teatro con la conmemoración de los 250 años del nacimiento del compositor alemán. Esta producción propia contará con la dirección musical de Erik Nielsen y la interpretación de la Orquesta Sinfónica de Bilbao.

En lo que concierne al ballet, está prevista para los días 1 y 2 de mayo de 2020 la puesta en escena de Romeo y Julieta, en la que veintidós bailarines del Gran Teatro de Ginebra representarán el clásico de Shakespeare con música de Prokofiev interpretada en directo por la misma Bilbao Orkestra Sinfonikoa. La obra, coreografiada por Joëlle Bouvier, se caracterizará por presentar al espectador una historia que, con el fin de remarcar la atemporalidad de la historia de los dos amantes de Verona, no se ambienta en ningún tiempo concreto.

En definitiva, por su historia, su ubicación, su oferta cultural, su apuesta por las promesas locales y su condición de testigo de los acontecimientos más significativos de la capital vizcaína, el Teatro Arriaga se ha convertido en uno de los edificios más destacados de Bilbao, sumando a su mérito artístico el valor sentimental que le confiere la condición de haber llegado a ser todo un imprescindible en una ciudad en continua transformación, y es que, como señala en el programa de la temporada actual el director artístico del Teatro Arriaga, Calixto Bieito, “en su interior y en sus aledaños, las personas y sus vivencias han discurrido de manera paralela llenando de energía las paredes de esta gran casa de artistas”.

Teatro Arriaga de Bilbao
Plaza Arriaga, 1. 48005, Bilbao
Tfno.: (+34) 944 79 20 36
Más información en www.teatroarriaga.eus/