El gabinete de arte de Cornelis van der Geest, 1628.
Debido a las obras de rehabilitación de la Rubenshuis de Amberes y tras su presencia en la muestra Rare and Indispensable celebrada en el Museum Aan de Stroom, El gabinete de arte de Cornelis van der Geest permanecerá expuesto en el Museo del Prado durante los próximos dos años. Se trata, según fuentes de la pinacoteca madrileña, del ejemplo conocido más elocuente de gabinetes de coleccionistas o Constkamers, género nacido a principios del siglo XVII en Amberes, capital artística de Flandes, a fin de exaltar la afición al arte de su clase política y económica. En este caso, Cornelis van der Geest —en palabras de Rubens, ‘el mejor de los hombres y mi más antiguo amigo, mi infalible mecenas desde la juventud’— pretende legitimar una posición social de reconocido prestigio asociándose a las figuras más influyentes del momento, que son retratadas contemplando y discutiendo sobre arte. De hecho, en el marco de la puerta del gabinete puede leerse Vive l’esprit, en referencia tanto al apellido Geest, cuyo significado en neerlandés es ‘espíritu’, como a la inspiración intelectual de su mecenazgo artístico. Sobre este lema y coronando el blasón de Van der Geest, la calavera y la paloma simbolizarían la pervivencia de su fama tras la muerte. Igualmente significativa es la presencia del busto de Séneca que en la actualidad forma parte de la colección de la Rubenshuis.
Del arte de la copia al género del retrato
De acuerdo con la información proporcionada por la Rubenshuis, de las paredes de la galería de Cornelis van der Geest cuelgan cuarenta y tres pinturas, de las cuales hoy en día se han identificado veinticuatro. Este dato demuestra la excelencia en el arte de la copia de su autor, Willem van Haecht, de quien tampoco cabe desdeñar sus cualidades como retratista, pues la escena rememora asimismo un suceso histórico: del 15 al 27 de agosto de 1615 los archiduques Alberto e Isabel permanecieron en Amberes, visitando la famosa colección de arte de Cornelis van der Geest. Trece años después, este memorable acontecimiento se convirtió en el tema de una recreación ficticia extremadamente ambiciosa, con un minucioso inventario de los tesoros artísticos de la colección Van der Geest, complementado con una gran cantidad de detalles narrativos. Así, amantes del arte, artistas y otros invitados ilustres conversan en un mundo de fábula conformado por exquisitas colecciones de pinturas, esculturas, grabados, monedas antiguas, globos terráqueos y porcelanas entre otras piezas de gran refinamiento artístico. El lenguaje corporal de los personajes denota cierta amistad y confianza, y todos ellos comparten el hecho de haber sido previamente retratados por Rubens o Van Dyck en una serie de obras que inspirarían a Van Haecht a la hora de incluirlos en este lienzo.
Personalidades históricas y obras maestras
La escena se desarrolla en una amplia y lujosa estancia de una mansión de Amberes, siendo posible advertir a través de la ventana el curso de los barcos que remontan el Escalda. Sentados a la izquierda aparecen los gobernadores de Flandes: la infanta Isabel Clara Eugenia, que sujeta en sus manos un pequeño cuadro de flores de Jan Brueghel, y su primo y esposo Alberto de Austria. Ante ellos Cornelis Van der Geest señala La Virgen besando al niño de Quinten Massys, Rubens ensalza los méritos de la obra junto al archiduque y, tras Cornelis, Van Dyck conversa con Jan van Monfort, maestro de la Ceca de Amberes. Otras personalidades presentes son Nicolaas Rockox, quien encargara a Rubens la Adoración de los Magos hoy expuesta el Prado, y Ladislao Vasa, futuro rey de Polonia y el único al que su rango permite no quitarse el sombrero en presencia de los archiduques. Probablemente en la puerta de acceso se habría retratado el propio Van Haecht, pintor y ‘comisario’ de la colección.
Van der Geest también mantuvo importantes contactos con otros coleccionistas de arte. Dos de ellos están de pie cerca de una mesa en la que se han colocado valiosos objetos de la colección. Con toda probabilidad, el hombre que se inclina para observar más de cerca el cuadro de la derecha es Jacomo de Cachiopin, nacido en una antigua familia española. El hombre que apoya el codo despreocupadamente sobre la mesa mientras sostiene un retrato en miniatura es Peeter Stevens, quien junto con Van der Geest fue representado por Van Dyck en su serie de retratos de contemporáneos famosos. Igualmente, abajo a la derecha un grupo de hombres estudia un globo terráqueo sirviéndose de instrumentos que, como la brújula, pudieran aludir al fundamento científico de la pintura. Los dos hombres de la segunda fila, uno de los cuales mira fijamente al público, son el paisajista Jan Wildens y el animalista y paisajista Frans Snijders. Ambos artistas colaboraron habitualmente con Rubens, representando los paisajes y animales de los cuadros en los que él realizaba las figuras. En la colección Van der Geest, el Paisaje invernal con cazador de Wildens llama la atención de un experto que se arrodilla para admirar de cerca la pintura.
Otras obras que se han reconocido en este Gabinete de arte son el Apolo de Belvedere, un cuadro del muelle delEscalda ejecutado por el pintor del barroco antuerpiense Sebastiaen Vranckx, así como la representación de la imagen de una mujer desnuda ante su tocador realizada por Van Eyck, especialmente relevante porque no se conserva el original. También se reproduce Ceres en casa de Hécuba de Elsheimer, probablemente el mismo cuadro que actualmente atesora el Museo del Prado y, sobre una mesa en el centro de la escena, un dibujo ilustra el momento en que Alejandro Magno contempla a Apeles retratando a la tesalia Campaspe como Venus Anadiomene. Según Plinio ‘el viejo’, Alejandro concluyó que el pintor amaba más que él a la joven y decidió entregársela a cambio de la obra: un pasaje legendario que favorecía la asociación del coleccionista y el resto de personas retratadas con la Antigüedad.
El gabinete de arte en la Rubenshuis
Este óleo sobre tabla, fechado en 1628, pasó a formar parte de los fondos de la Rubenshuis el 25 de junio de 1969, cuando los Amigos del museo lo adquieren por 24.000 libras en una subasta de Sotheby’s en Londres. Esta compra se consideró de suma importancia para la institución debido, además de a la calidad de la obra, al origen amberino del género de las Constkamers y al vínculo personal con el propio Rubens. Décadas después, el 18 de marzo de 2005 la pintura fue catalogada como obra maestra del arte flamenco y en mayo de 2021, la Galería de Cornelis van der Geest fue incluida en el Canon CODART, la lista de las cien obras de arte más importantes de los Países Bajos y Flandes (1350–1750) elaborada por CODART, red internacional de curadores de arte holandés y flamenco. Con anterioridad, el museo había albergado en 2009 la exposición titulada Kamers vol Kunst/ Rooms full of Art, centrada en este cuadro y en el género único de las galerías de arte. Con ocasión de esta muestra se inició un proceso de restauración del marco y la capa de pintura, instalándose a su alrededor una caja climática para aumentar la estabilidad de la tabla pintada.
Restauración de la obra
A pesar de todas estas medidas, diez años después reaparecieron craquelados en varios lugares. En este sentido la sujeción resultó ser un problema, pues el panel de roble está formado por siete tableros horizontales y un tablero vertical que se hinchan y contraen en direcciones opuestas. Esta compleja estructura provoca tensiones de tracción en la tabla, causando grietas. Se cree que la unión central del panel debió fallar ya en el siglo XVIII y, en consecuencia, durante los siglos XIX y XX se tomaron distintas medidas para estabilizarlo. Alrededor de 1850 se aplicó una estructura de madera que impedía el hinchamiento y encogimiento natural de las tablas, originando aún más grietas en función de las variaciones de temperatura y humedad. En 1970, se sustituyó por abrazaderas de madera, que tampoco proporcionaban un soporte suficiente y bloqueaban el movimiento del panel dañado, acarreando daños visibles en la capa de pintura. Finalmente, el 1 de abril de 2019 el cuadro de William van Haecht partió hacia el Real Instituto de Patrimonio Artístico (KIK-IRPA) de Bruselas. Como resultado de su catalogación de obra maestra del arte en Flandes, la pintura recibió subvenciones de la comunidad flamenca para poder ser analizada y restaurada bajo la supervisión de la experta Aline Genbrugge. Entre otros hallazgos, los investigadores pudieron identificar La batalla de las Amazonas de Rubens —actualmente en la Alte Pinakothek de Múnich— como punto de fuga de las invisibles líneas de perspectiva que podrían trazarse desde el ojo del espectador. A parte de añadir un soporte secundario de gran elasticidad, el proceso de restauración limpió cuidadosamente la capa de pintura, recuperando los colores originales y eliminando los añadidos o restauraciones posteriores. Por último, se rellenaron con pequeños trozos de madera blanda las grietas y juntas, evitando generar una presión adicional en las tablas de roble.
El gabinete de arte de Cornelis van der Geest
Préstamo temporal de la Rubenshuis
Museo Nacional del Prado, Madrid
Más información en: www.rubenshuis.be y www.museodelprado.es